miércoles, 21 de julio de 2010

Villa Hayes: batalla campal entre huelguistas de Acepar y antimotines duró media hora



Por Jorge González

Fue después de las 13 horas de este miércoles, y es la tercera represión de la Policía que repelen los trabajadores y trabajadores junto con sus familiares desde anoche. Hay al menos cuatro derivados al hospital regional por cachiporrazos y balines de goma, y dos arrestados. Uno de ellos fue demorado por intentar socorrer a otro compañero que estaba en el piso y a punto de ser golpeado por los cascos azules. De vuelta a las 16 se reanudó otra represión policial.

Todo se desató ayer martes, luego de que los 500 trabajadores y trabajadoras en huelga, junto con sus familiares, se convencieron de que la postura tibia del gobierno de Fernando Lugo en la mesa tripartita de negociaciones obrero-patronal, favorece a los empresarios de Acepar que violan las leyes medioambientales, laborales, sociales y fiscales.

La huelga empezó el 16 de abril pasado porque los directivos de la acería no quieren reconocer un contrato colectivo de trabajo, con resolución firme y ejecutoriada de la Corte Suprema de Jjusticia, que beneficia a los 1.050 personales de la fábrica. Además de otros beneficios obreros que vienen avasallándose en la planta de parte de los empresarios.

El Ministerio de Justicia y Trabajo abrió un espacio de diálogo que pintaba bien para solucionar el conflicto obrero-patronal, pero nunca se convirtió en árbitro del cumplimiento de la ley, sino en las últimas reuniones asistió como simple oyente o moderador, mientras que los directivos de Acepar se pasaron hablando de despedir a los padres y madres de familia en huelga. Los empresarios de Acepar inflaron su prepotencia ante la actitud displicente de las autoridades del Trabajo.

Ayer martes por la siesta, el gobierno tuvo que marcar el rumbo del diálogo hacia una solución, esa fue la promesa del ministro Humberto Blasco y también del Procurador General de la República, José Enrique García. Sin embargo, el diálogo del martes prácticamente fue una hermosa oportunidad para que los directivos de Acepar paseen su prepotencia. Casi fue un encuentro donde todos se reunieron a escuchar los fabulosos proyectos de despido a los huelguistas que tiene la empresa.


A las familias en huelga les pareció una falta de respeto que el gobierno, al cumplirse 90 días de huelga continuada, teniendo todos los antecedentes para hacer respetar los beneficios laborales, vaya al diálogo con la mencionada postura, que solo apaña a los administradores de la planta de Villa Hayes. Entonces empezaron a profundizar medidas de fuerza. En la tarde de ayer martes empezaron de vuelta con los cierres de acceso a Acepar, que sigue funcionando con obreros que no salieron a la huelga y con sustitutos de los huelguistas.

No resultaron las mesas de diálogo, probemos las calles
Anoche unos 25 antimotines, a cargo del comisario Antonio Ruiz, de la Comisaría Cuarta de Villa Hayes, repelieron a los trabajadores hasta el interior de la su cooperativa, atropellándolos incluso cuando estaban en la vereda de la institución obrera. A su paso, la policía garroteó a obreros que estaban sentados frente al edificio, y según Angélica de Villanueva, esposa de obrero, el propio comisario le advirtió que si no entraba a la cooperativa, sería garroteada. Además el representante policial dijo que ya estaba cansado de los huelguistas seguidores del referente sindical Hugo González Chirico. No contentos con esto, una vez adentro de su cooperativa los huelguistas y familiares, los antimotines dispararon hacia el interior del rescinto balines de goma y gases lacrimógeno: como resultado, dos esposas de obreros terminaron en el hospital regional por cuestiones respiratorias y presión arterial.

Hacia las 9.30 de la mañana de hoy miércoles, se vivía un tenso cara a cara entre huelguistas y antimotines, hasta que se desató una nueva represión de estos últimos, uqe estaban alrededor de 120, y disparando gases lacrimógenos, balines de goma y chorro de agua con un carro hidrante. Los trabajadores respondieron con una lluevia de piedras, honditazos y petardos. Sólo esto impidió que los cascos azules no entraran a reprimir a los huelguistas y familiares, que ya se replegaron hasta su cooperativa.

El comisario Antonio Ruiz, encargado de los policías, fue entrevistado por la radio obrera. Le exigieron una explicación de por qué reprime a padres y madres de familia paraguayos que salen a la calle a exigir que se cumplan sus derechos y su dignidad. Le responsabilizaron de lo que pasó y lo que pueda pasar y le recriminaron el atropello a la cooperativa. La autoridad policial dijo entender la lucha de los huelguistas, pero dijo que él sólo recibió órdenes de hacer respetar el derecho de terceros. También dijo que a veces la policía comete desbordes, y que asumía toda responsabilidad y se ponía a disposición ante cualquier eventualidad.

Hasta el gobernador fue alcanzado por la tercera represión
Después de esto se vivió una tensa calma en las inmediaciones de Acepar y la cooperativa obrera. Hacia las 13 horas, tras una serie de tiras y afloja, de nuevo comenzó una feroz represión a los huelguistas. Los alrededor de 120 antimotines quisieron hacerlos entrar a punta de cachiporra, balines de goma, gases lacrimógeno y carro hidrante al local de la cooperativa. Los manifestantes, ya pertrechados con piedras, honditas y petardos aguantaron el avance de los policías, que incluso dispararon contra el edificio y en su interior. Desde el momento en que arrancó la represión, la radio obrera la trasmitió en vivo, logrando que mientras todavía duraba la refriega, se acerquen a solidarizarse centenares de personas de la comunidad. De golpe se apostaron y resistieron alrededor de 1.200 personas, entre huelguistas, familiares y vecinos.

En la escaramuza hasta fue reprimido el propio gobernador del departamento de Presidente Hayes, Óscar Venancio Núñez, que fue a ver lo que pasaba al escuchar la represión en vivo y en directo por la radio de los obreros. Recibió chorrazos del carro hidrante.

El saldo de heridos y arrestados
La batalla campal duró media hora, hasta que terminaron los balines de los antimotines, la gente salió a la ofensiva y le hizo correr, hasta ocupar el sitio donde protegían desde anoche las fuerzas policiales. Al terminar el encontronazo, fueron derivados al centro de salud local los obreros Desiderio Cardozo y Alcides Claverol. El primero se hace estudio radiografía de la cabeza, donde recibió una cantidad de golpes y el segundo tenía alojado un balín de goma en un oído. También fueron atendidos los hijos de obreros, Antonio Colmán y Jonhatan Blaires, ambos con golpes por todo el cuerpo, causado por cachiporrazos y rastros de balines.

Por otro lado, los obreros Víctor Risko y Cástulo Benítez permanecían demorados en la Comisaría Cuarta de Villa Hayes mientras se redactaban estas líneas. El segundo fue arrestado mientras tomaba fotografías de lo que pasaba y también al querer ayudar a un compañero tirado en el suelo que estaba por ser agredido.

Se profundizará el conflicto
El ambiente está completamente enardecido a estas alturas de la tarde del miércoles y se prefiguran más represiones y enfrentamientos con la policía de parte de la comunidad y los huelguistas, debido a que éstos han llegado al punto máximo de paciencia hacia los empresarios de la empresa y el gobierno. Son 90 días de huelga durante los cuales las familias son afectadas en su sustento diario, varias casas ya no cuentan con los servicios de luz y agua y las familias tienen problemas con sus acreedores. Por otro lado, la paralización económica de las 500 familias también ya repercute hace semanas en la economía de la comunidad.

Hacia las 15.55 de la tarde de hoy miércoles, la policía empezó de vuelta a reprimir ya con refuerzos y rompieron la puerta de la cooperativa. La gente resistía en la calle y ya se empezaron a ver algunas bombas molotov. La ambulancia del hospital regional no paraba de trabajar y desde la radio obrera seguían pidiendo la solidaridad de la comunidad.

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